1/27/2006

SITUACION EMBARAZOSA

¿a quién no le ha pasado alguna vez, eso de que algún amiguete, o varios tienen un grupo de rock, más malo que la quina, y te invitan a verles en directo? Yo creo que a casi nadie. En este rollo, el que más o el que menos, ha intentado alguna vez emular a sus ídolos con un instrumento, unas veces con mejor fortuna, y otras, la mayoría, abandonando al poco tiempo. Pero en ese tiempo en que la banda está entre si lo abandonan por mantas, o la cosa tira para adelante, siempre, siempre, viene ese momento que no desearías que ocurriera, pero ocurre. El guitarrista del grupo, te invita a verles en un conciertillo que dan en un garito, para los colegas y las novias de los del grupo, además de torturar a los pobres infelices de clientes que no saben lo que se les avecinan. Tú, ya amablemente, has declinado la invitación que te hicieron en ocasiones anteriores, cuando actuaron en otros garitos, en los que, desde entonces tienen la entrada prohibida, alegando que te ha entrado un ataque de caspa, que el horario de tu trabajo no te lo permite, etc. Pero ese día, no se te ocurre excusa a la vista, y puede más tu conciencia. No haces más que pensar que se van a dar cuenta de que huyes del horror sonoro que se avecina. Así que, haciendo acopio de valor y fuerzas, decides ir. Bien, en el concierto, tocan ellos y dos bandas del barrio de al lado, tan malas o más que ellos, con los que puedes hacer unas risas antes de la actuación definitiva de las futuras estrellas del rock. Uno es un grupo de rock calimoxtero, que hace bueno al Manolo Kabezabolo, y el otro una banda de thrash gótico con pinceladas de jazz-fussion, con lo que la risa, o las denuncias a Amnistía Internacional, según versiones, están garantizadas. Eso sí, si te aburres, están las novias y amigas de las novias de los del grupo gótico, que llevan unos pantaloncitos de vinilo que quitan el hipo. Al menos se te alegra la vista, algo es algo. Pero ahora llega el momento. Ya casi te habías olvidado del motivo que te había llevado hasta allí. Tus amigos, te sonríen, se suben al escenario minúsculo en el que van a demostrar su talento al mundo, desafiando las leyes de la física, porque ahí no cabe un alfiler derecho, y empiezan a afinar los instrumentos. Ahora da comienzo el horror de verdad. Esas copias malas de Maiden que tocaban en el local de ensayo, que tú te reías tanto, aquí suenan 100 veces peor. Encima el cantante, que mete mil gallos por segundo. Este llegó hace poco al grupo, y es un pintamonas insoportable, que no sabe ni cantar. Eso sí, todas las niñatas se han puesto en primera fila para verle el paquete mejor. Hasta la de las tetas gordas, en la que te habías fijado. Tocan sus cinco canciones, ¡incluidos solos!¡El mal no tiene límites! que a tí te parecen eternas, y una vez acaban, ahí llega el momento que da motivo a este título. La situación embarazosa. Cuando el guitarrista, con una sonrisa de oreja a oreja, te pregunta eso de:"¿Qué te ha parecido? Dime la verdad, sin rodeos". En ese momento, tu cara es un poema. No sabes donde meterte. Te quedas un rato pensativo, y sueltas aquello de: "Bueno, se ve que lleváis poco tiempo...Todavía podéis mejorar...Lo que se os ve es con muchas ganas..." y, en un alarde de hipocresía saltas:"me ha gustado mucho". Y el guitarrista te dice:"Pues dentro de un mes tocamos aquí al lado. Pásate" Y yú contestas: "No sé si el curro...Ya veremos a ver..." En fin, que te han calado y saben que te ha parecido una mierda pinchada en un palo. Pero en fin. Si el grupo sigue adelante y mejora, lo que podrás presumir de que tú les vistes en sus comienzos, y ya apuntaban maneras ¿qué?¿Queda de puta madre, o no?

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