2/08/2016

FASCISMO, TITIRITEROS Y OTRAS COSAS

Ha sido el último suceso con el que la ultraderecha ha aprovechado para desprestigiar a un partido que les molesta, a un ayuntamiento que también les molesta, y de paso, amedrantar e imponer el fascismo una vez más. Sí, hablo de la que se ha montado con la función de títeres en los Carnavales. Una función que, paradójicamente, criticaba los montajes policiales para criminalizar las protestas, y que ha sido víctima de otro montaje, gracias a la denuncia de una flanders que, ejerciendo de mamá y ciudadana modelo, al más puro estilo McArthysta, y sin saber ni lo que estaba viendo, se apresuró a denunciar ante las autoridades, lo que interpretaba como un "enaltecimiento del terrorismo". Porque esa es la mentalidad que lleva años fraguando la derecha en gran parte de este país. Ya están creando una sociedad de delatores y chivatos, en la tradición del franquismo o el nazismo. Tiempo al tiempo. Luego está la incultura de este país, según la cual, una obra de teatro con guiñoles, o una serie de dibujos, automáticamente son "para niños", que hace que ocurran estas cosas. Claro que, hipócritamente, los que han ido a por el cuello de los que hacían la obra y del Ayuntamiento (que ha actuado de una manera muy cobarde, dicho sea de paso) te cuentan que claro, no había derecho a poner una obra así para niños, cuando desde la propia página de los carnavales, ya se avisó de que la obra era para adultos.


Incluso mucha gente, desinformada concienzudamente por los mass media, y por la caverna derechil, se sumaba a la indignación contra la obra, sin ni siquiera haberla visto. Te contaban que lo que se veía ahí, era casi un horror digno de los cuadros de El Bosco, con que si monjas violadas, y lo que es peor aún: ¡una pancarta en la que ponía "Gora AlkaETA"! Nadie con dos dedos de frente vería ahí una apología de nada, si la cosa no se sacase de contexto de esa manera. Resulta que la obra, inspirada en Lorca, por cierto (quizás esto también lo habrá tenido en cuenta el juez que metió en chirona sin fianza a los dos titiriteros. Total, es un antiguo policía franquista), situaba esa pancarta en el contexto de cómo el sistema criminaliza a cualquier manifestante, asociándole con Venezuela, Alqaeda, ETA, grupos supuestos terroristas gallegos, y lo que haga falta, algo que está muy a la orden del día. Pero vamos, criticar ahí esa pancarta, es como meter en la cárcel al director de "Ocho Apellidos Vascos", por la escena en la que Dani Rovira se hace pasar por un Kale Borroka y quema un contenedor, o a George Lucas por inspirarse en los nazis para los malos de Star Wars. Una soberana ridiculez. Lo de la monja violada, pues no lo sé, porque no he visto la obra. Imagino que de ser así, no será representado como algo positivo, pero vamos, me hace gracia que los niños no puedan ver esta obra, pero sí puedan ver manifestaciones de Semana Santa, en la que representan cómo a un tipo le hacen cargar con una cruz a cuestas, le clavan las manos a ella y lo crucifican, o cómo esos papis que quieren que sus hijos no vean violencia ni política en marionetas, pero bien que les llevan a ver pelis de acción en la que saldrá algún valiente yankee defendiendo el imperialismo y el libremercado matando alegremente comunistas, o el malo de turno del momento. A todos estos mongólicos, de pronto, les escandaliza la obra esta, y no han caído de que los carnavales, fueron prohibidos por Franco, entre otras cosas, porque siempre han sido usados para criticar al gobierno de turno. Cualquier día prohíben las chirigotas de Cádiz. Y que también se ha hecho desde hace tiempo sátira política y social con las marionetas. Pero vamos, que la escena de este fin de semana, recuerda mucho a esa Italia fascista de Mussolini, que tan bien (y tan premonitoriamente, visto lo visto) reflejó Bernardo Bertolucci en "Novecento". Es curioso, porque en televisión, no sólo existían los guiñoles de Lo + Plus satirizando la actualidad política, sino que además, en los 80, muchos crecimos viendo "La Bola De Cristal", un programa impensable a día de hoy, con este neofascismo disfrazado de corrección política y proteccionismo hipócrita de la infancia, porque la crítica política en los Electroduendes, hoy sería motivo de delito y persecución. Y no, no me hablen de adoctrinamiento. Es incitar a pensar, y eso es lo que no le gusta a la derecha. ¿No quieren adoctrinar a los niños? ¿Quieren despolitizar a la persona desde que tiene uso de razón, para que sean ciudadanos cretinos y manipulables a placer? ¿Acaso no es adoctrinar, hacer excursiones de colegios al Congreso de los Diputados, o cuando los papis llevan a los niños al desfile del Día de las FFAA, o cuando los derechosos llevan a sus críos a las manifestaciones del Foro de la Familia? Váyanse al carajo, putos hipócritas.

Noticia de última hora: parece ser que la hipotética monja violada (siempre según la versión de los mass mierda y la caverna), no existe en la obra. El escritor de teatro y actor Darío Fo, nos cuenta el argumento:


''Erase una vez una bruja, (ya se sabe, de mala fama pública), que se ve en la situación de enfrentarse a los cuatro poderes que rige la sociedad:
la Propiedad,
la Religión,
la Fuerza del Estado y
la Ley.
La bruja está en su casa, y de pronto, su vida es interrumpida por la aparición del “Propietario”, legítimo poseedor legal de la casa donde vive que decide aprovecharse de la situación para violar a la bruja. En el forjeceo, la bruja mata al propietario. Pero queda embarazada, y nace un niño.
Es entonces cuando aparece una monja, que encarna el Poder que hace uso de la Religión. La monja quiere llevarse al niño, pero la bruja lucha con todas sus fuerzas para retener a su hijo, y en el enfrentamiento, la monja muere.
Aquí aparece el Policía, que representa la Fuerza del Estado, y golpea a la bruja hasta dejarla inconsciente, y después, construye un montaje policial para acusarla como terrorista peligrosa ante la Ley, colocando una pancarta de “Gora Alka-ETA” sobre su cuerpo, y sacándole una foto, como prueba.
Así aparece el Juez, que acusa y condena a muerte a la protagonista, sacando una horca. La bruja se las arregla para engañar al juez, que mete la cabeza en su propia soga, y la aprovecha para ahorcarle, para salvar su propia vida.
Los titiriteros que cuentan esta historia han sido detenidos y puestos en prisión. A ellos, como a la bruja, también les colocaron la pancarta del montaje policial y la Ley Mordaza hizo el resto.
Se les olvidó incluir un quinto poder supremo: los mass media, que hablan de monjas violadas que no existían en su obra (Religión) y de abuso de libertad en lugares públicos (Propiedad).
"La sátira es el arma más eficaz contra el poder: el poder no soporta el humor, ni siquiera los gobernantes que se llaman democráticos, porque la risa libera al hombre de sus miedos."