12/22/2013

ESAS VOCES QUE, O AMAS, O DETESTAS

Sí, sobre eso va esta entrada. Esos cantantes con unas voces, digamos, peculiares, que, o te entran a la primera, o les aborreces, haciendo que te pierdas, en algunas ocasiones, el buen hacer de sus compañeros de la banda. No hablo de malos cantantes, sino de voces que se te pueden hacer cargantes, bien porque no sea el tipo de voz que te guste, o por otros muchos motivos. En cuanto nombre al primer ejemplo, lo tendréis más claro.
Justin Hawkins 


 The Darkness no son una banda para todos los públicos, a pesar de su vocación comercial. Y es, en gran parte, si no toda, por el poco sentido del humor de mucho público rockero, al que le parecen una bufonada sin más, y por la voz de este coloso. Y es que, los gorgoritos de Hawkins, o te hacen gracia desde un principio, o te pueden irritar hasta lo inimaginable. A quienes nos hizo gracia la broma, porque además, The Darkness es una broma muy bien hecha, ya que son muy buenos músicos, que manejan influencias del mejor hard rock comercialote clásico, pues en el fondo, la voz de Hawkins, que no es más que la influencia de Russell Mael, el cantante de otra banda bastante peculiar como son Sparks, nos parece la seña de identidad del grupo, y acrecienta más el cachondeo al escucharle cantar así cosas como "quita tus manos de mi mujer, hijo de puta". Hasta tiene su punto cachondo, verles en un festival, con los gorgoritos de Hawkins, poniendo de los nervios a heavies ortodoxos.


King Diamond 

 Mira que me jode perderme la cantidad de buena música facturada por Mercyful Fate, o por la propia banda en solitario de Kim Bendix Petersen, que es su verdadero nombre, pero es que no, no puedo con ese falsete. No voy a hablar de sus pintas de versión cutre de Alice Cooper, que sería otro tema, pero la voz, sencillamente, no la aguanto, salvo en los temas en los que emplea su registro más natural, o tonos más guturales, pero la voz de niña del exorcista, no puedo con ella. Y eso no quita para que haya tenido siempre enormes músicos cubriéndole las espaldas y tengan temazos, pero si no te entra la voz con King Diamond, no te va a entrar jamás, como es mi caso.


Mike Tramp

  El paradigma de exceso de almíbar, que amaricona las canciones, ya de por sí poppies de la banda. Siempre me he imaginado a White Lion con un cantante con otro tipo de voz, no tan moña y empalagosa, y hubieran lucido mucho mejor, las guitarras de Vito Bratta, qué duda cabe. Y no será porque Tramp no pone empeño y no le gusta el hard rock. Pero que no, que no es lo suyo. Este tío valía para los Mabel, y ya.


 Michael Sweet


 Siguiendo con voces no aptas para diabéticos, tenemos a Miguel Dulce (heavies que no soportáis a Hawkins, y luego aguantáis que el cantante de una banda se llame así). Stryper, en un sentido estrictamente musical, no son malos músicos. Michael Sweet es muy buen cantante, pero se me hace insoportable, desde el concepto del grupo, la imagen, su meapilismo cristiano, sus horrorosas letras, y por último, una voz empalagosa hasta decir basta. No lo solucionó, ni que se dejasen barbas a finales de los 80.




Y hasta aquí este breve repaso a cantantes que, o les amas o les odias. Espero que hayan hecho unas risas. Prometo volver con más voces de éstas, peculiares.

12/18/2013

40 AÑOS DE KISS, Y 70 DE KEITH RICHARDS

Ayer se cumplian 40 años desde que unos tal Wicked Lester, en Nueva York, fueran abandonados por Gene Simmons y Paul Stanley, dando lugar a la banda más caliente del mundo. Con la aguda visión comercial del amigo Simmons, Kiss se convertirían en un monstruoso fenómeno musical, que ha estado ahí, dando guerra durante cuatro décadas, y que todos amamos, con sus grandes triunfos, y sus grandes miserias, como todas las bandas de ese status. Así que, celebrémoslo, escuchando una vez más, cualquiera de sus himnos fiesteros.




Y hoy, el riff humano, hace nada más y nada menos, que 70 años. Admirado por unos, denostado por otros, pero es innegable que la habilidad de Keith Richards para componer riffs únicos, ahí está, y qué coño. Es el abuelo que todos querríamos tener. El bando rockero de los Stones, está de celebración.