2/14/2010

DISCOTECA PARTICULAR


BLACK SABBATH
"BLACK SABBATH"

Ayer se cumplieron 40 añitos, nada menos, desde que unos tipos de Birmingham, llamados Earth, tras cambiarse el nombre, por otro que sacaron de una peli de Boris Karloff, grababan y publicaban un disco que cambió la música para siempre, provocando el nacimiento de todo un género. El Heavy Metal. Porque, si bien, ya antes estaban Blue Cheer, Led Zeppelin o Deep Purple, es a partir de la primera obra de Black Sabbath, cuando el género como tal, queda definido, con esos riffs de Iommi, las voces de angustia y locura de Ozzy, ese bajo machacón de Buttler, los tambores de Ward, y ese sonido oscuro y tenebroso, que tuvo que dejar KO. a los hijos del Flower Power hippioso, cuando lo escucharon. Eso, por no hablar de la posterior influencia de los riffs del maestro de mostacho, y el sonido de esta banda, en el Thrash, el Stoner, El Grunge, y todo estilo proveniente del metal, en posteriores décadas. Y, por supuesto, a nivel estético, los precursores, junto a los vecinos Black Widow, de la imagen oscura y satánica que ha rodeado siempre el estilo. Con esa portada inquietante, y la leyenda urbana sobre la mujer que aparece en la misma, y ese poema gótico en el interior de la carpeta del vinilo, dentro de una cruz invertida.
Solo las campanas con las que se abre el disco, y el tema que da título a la banda y al mismo trabajo, y el cambio de ritmo machacón del final del tema, ya debía de ser toda una experiencia escucharlo en su momento. El blues oscuro de "The Wizard", sorprendentemente parecida a "Cities On Flames" de los Blue Oyster Cult, publicada el mismo año, demuestra a las claras, las raíces blues de la banda, y es todo un temazo que quedará para los restos. Robert Johnson debió correrse en su tumba al escuchar esa demoníaca armónica que adorna este tema. "Behind The Wall Of Sleep", es otro temazo robusto como él solo, con unas guitarras acojonantes, y una demostración de batería, de Ward, más que digna. El comienzo de bajo de "N.I.B" queda en los anales del heavy, y el tema mantiene la temática oscura, con esa letra en la que el diablo se enamora de un ángel, que le transforma en buena persona. En el fondo no eran tan satánicos como la imagen y el sonido daban a entender. La versión de los Crows, "Evil Woman", encaja a la perfección con el sonido del grupo, que la hacen suya al instante. Otro blues oscuro, sobre eso, mujeres malotas. "Sleeping Village" es un pedazo de tema de comienzo lento y cambio de ritmo a pesado (en el buen sentido), que imagino que se aprendieron al dedillo chorrocientas bandas de Doom posteriores. Atentos a la batería y el bajo en la parte casi jazz de esta canción. Iommi se sale, claro.Y luego, cierra otra versión, esta vez de la Ansley Dunbar Band. Hablamos de "Warning", en la que vuelve a lucirse Iommi, secundado por una base rítmica, de las que quitan el hipo.Un instrumental, que, al final acaba con estrofas cantadas del tema anterior. De "Sleeping Village".

En definitiva, el primer disco oficial del heavy metal, y de una banda, que daría lugar a muchas otras bandas y estilos en los años posteriores. El resto es historia, que se dice.

2/06/2010

DEL ROCK IN RIO, AL POP IN ARGANDA

Quizás, los más pequeños de la casa, no sepan, que esa birria de macrofestival para familias carne de Hard Rock Café y multicines, que se hace denominar Rock In Rio, y que se va a celebrar por segunda vez en cierta localidad madrileña, ese festival, tuvo un comienzo, cuando se celebró por primera vez en Río de Janeiro, allá por el 85, en el que era lo que su nombre indica. Un festival de rock en toda regla. En aquel año, resulta que éste fue el mayor festival que tuvo lugar en Sudamérica, y el cartel reunía a lo más granado del rock y del pop, de por entonces. La verdad es que, ustedes mismos pueden imaginarse, con un cartel que reunía a Yes, Queen, Whitesnake, AC/DC,Ozzy Osbourne, Scorpions, Iron Maiden,Rod Stewart, B-52, Nina Hagen, e incluso a grandes del jazz como Al Jarreau y George Benson. Scorpions, justo cuando estaban arrasando en todo el mundo, al igual que los Maiden, con su gira de Powerslave, y unos Whitesnake que presentaban en directo, nada menos que el Slide It In, y con John Sykes, como nuevo guitarrista.











Por supuesto, había espacio para el pop. ahí estaban B-52, por ejemplo. Pero ni había putas carpas dance, ni desde luego, espacios para la familia.

Años después, en el 91, tuvo lugar la segunda encarnación del Rock In Rio. Ya empezaba a asomar la cabeza, el interés de sus inventores, en orientarlo hacia el público de la Rolling Stone, y amenazaban ya por entonces, mamones del calibre de New Kids On The Block, o A Ha. Aun así, todavía había pop comercial pero digno, del rollo de George Michael, o INX, y, por supuesto, seguía predominando el rock, de la mano de Judas Priest, Guns & Roses, Queensrÿche, Billy Idol, Faith No More, Megadeth, y cosas más mainstream, como Santana o Joe Cocker.









En el 2001 se vuelve a celebrar, y ya excasea más los nombres de bandas rockeras en el cartel. Repiten Maiden y Guns, o más bien, Axl con sus mercenarios, acompañados de bandas sobrevivientes del rollo alternativo, en horas bajísimas, como Red Hot Chilli Peppers, los Foo Fighters o REM, junto a bandas del penoso nu-metal que empieza a dar el coñazo y ponerse de moda, como Deftones, algún hype de los 90, como los tontos de Oasis, y figurones mainstream, de la talla de Sting y Sheryl Crow, y la subnormal de Britney Spears, como figurín de la música más idiota para el público más amorfo. Con todo, lo peor estaba por llegar.

Y vino. Ya lo creo que vino. Esta vez, en el 2004, se celebró en Lisboa, y el cartel cayó todo lo bajo que cabía esperar. De momento, metieron al cabezón de Moratalaz, AKA Alejandro Magno, o Sanz, como ustedes prefieran, con todo lo que ello conlleva. Britney y los Foo Fighters repiten, así como Sting, el nuevo hype de la temporada, son los panolis de Kings Of Leon, esta vez queda representado el chochimetal pseudogótico del Lidl, con la aparición de Evanescence, para delirio de todas las góticas del Carrefour que se precien, y los fantoches de Slipknot y unos acabadísimos Metallica, ponen la nota metalera al evento, junto con Moonspell, que quizás sean lo más decente de todo el sarao, junto a Alicia Keys.

Ustedes dirán: Insuperable. Ya no se puede caer más bajo. ¡Pues se equivocan! ¡Se puede caer más bajo! En el 2006, toca otra vez en Lisboa, y el cartel está notoriamente reducido. En lugar de Alicia Keys, esta vez el soul comercial, está representado por Anastacia, Sting, que ya deben haberle hecho fijo, vuelve a dar el coñazo con sus canciones para yuppies, Axl vuelve con mercenarios nuevos, para acabar de joder el recuerdo de Guns & Roses, el Santana de sus más insufribles hits para politonos aparece aquí, los Red Hot Chilli Peppers vuelven a demostrar lo acabados que están, el panoli de Jamiroquai aparece en escena, y... tachán, tacháaaan... en lugar de Alejandrito, el representante del pop baboso para mongólicos es...¡Shakira! Como pueden ver, un cartel en el que el rock, al menos lo que un servidor entiende por rock, brilla por su ausencia, a no ser por el exPink Floyd, Roger Waters, que también actúa ahí.

Y llegamos a 2008, en el que ya la decadencia de este festival, y su conversión definitiva a los 40 Siempreiguales y la Rolling Tostone, es toda una palpable realidad. Al lado de este cartel, el de la edición anterior, es un cartel de Hardcore. Al menos, en lo que concierne al Rock In Rio en Madrid. Porque esta vez, se celebra en dos ciudades. Lisboa y Madrid. En el cartel de Lisboa tenemos otra vez, al cabezón de Moratalaz, cuya presencia aquí, empieza a convertirse en algo como lo de Sting, pero peor y más siniestro por motivos obvios, pero el resto del cartel, es algo más decente que el de Arganda. Al menos, los portugueses, no parecen ser tan repugnatemente horteras como mis compatriotas, y entre toneladas de mierda, como es Lenny Kravitz, la megaacabada y flor de un día, Alanis Morrisette, el echado a perder del Rod Stewart, el cada vez más moña Bon Jovi, los mojabragas de niñatas emos de Tokio Hotel, los numetaleros patéticos de Linkin Park, el punk pop de parvulario desfasado de The Offspring y los Kaiser Chiefs de los cojones, al menos cuentan con una Amy Winehouse, que había vuelto a poner el soul en condiciones, en la radio, unos Apokaliptyca, unos Machine Head y unos Metallica que ya empezaban a levantar cabeza. Con todo, había miles de festivales ese año, por toda Europa, que de verdad que eran de rock, y mejores que esto.
Pero el de Arganda...¡Hay el de Arganda! El sumun de la horterez en estado puro. Si alguien podía superar en moñez las demás ediciones, ese alguien, era el público español, que por lo visto, votó para que el cartel estuviera compuesto por los mimbres que lo estaba. Prácticamente, en lo internacional, se repetía gran parte del cartel portugués, por supuesto, eliminando a las bandas metálicas de un plumazo, y eso sí, en vez de el pesado de Sting, se metía a él con sus otros dos amiguetes, los Police. Lo único medianamente digno, junto con Dylan, Neil Young y la Whinehouse, de todo el festival. El resto, junto a los Tokio Hotel, el Jamiroquai ese, la puta de Shakira, los gilipollas de Stereophonics y Frand Ferdinanz, y la Morrisette, nos endiñaban, así sin anestesia ni nada, a una representación de lo más granado de los artistazos de por aquí, con, agárrense los machos, El Canto del Moco, Alejandrito (cómo no) Estopa (¡Aaaaargh!)y Manolo García (Re-¡Aaaargh!) Bonito ¿eh? ¿A que dan ganas de rociarlo con napalm, con su mongólico público dentro?

Pues eso no es nada, amigos. Ya está confirmado Bon Jovi, que debe ser socio del evento o algo, y...¡nada menos que Hanna Montana en la próxima edición del Pop In Arganda! Bonita manera de cargarse un festival. Enhorabuena.

2/03/2010

UN POCO DE BLUES ROCK


CHRIS DUARTE
AND BLUESTONE CO.

"396"

Si no me equivoco, cuarto trabajo del guitarrista de San Antonio, que en esta ocasión, es acompañado por Buestone CO., la banda insignia del blues en Japón. Si ya de por sí, el dato exótico llama la atención, aunque no debería, puesto que allí hay bandas muy buenas de todos los géneros habidos y por haber, y el blues rock no es una excepción, basta escuchar a los increíbles Savoy Truffle, por ejemplo, este disco puede que horrorice a los talibanes del género, que piensan que solo los negros pueden tocarlo y sentirlo, pero la verdad es que es un muy buen disco, con unas guitarras y unas slides matadoras. No inventan nada nuevo, pero suena de puta madre.Temas como "Back In Town", "Chattahoochee Side", "Put Up Or Shut", la sureña "396" o "Funky Mama", harán las delicias de todo fan de Allman Brothers, Johnny Winter y demás colosos del blues y del rock que se precien. Ideal para adentrarse en la discografía de este genial guitarrista y vocalista.