8/25/2014

DEFENDERS OF THE FAITH

Aprovechando que hoy es el cumpleaños de nuestro Metal God, el señor Halford, recordamos la publicación de hace treinta años, de uno de los discos clave de Judas Priest, que no es otro que "Defenders Of The Faith". Ahondando en la línea de su exitoso "Screming For Vengeance", los de Birmingham fueron un paso más allá, sonando más brutales si cabe, en esta su continuación, dos años después, e introduciendo de manera tímida las guitarras sintetizadas, que meterían de manera plena en el siguiente trabajo, el "Turbo". Así, el comienzo con la speedica "Freewheel Burning", nos muestra a los Priest más heavies que nos podían mostrar, con toda una demostración de buenísimos solos y melodías de Tipton y Downing sonando a toda hostia, y Halford pletórico en sus voces y sus registros imposibles. Recuerdo cuando salió el disco, y todos los críos del barrio íbamos a casa de alguien a ver en la tele el videoclip de este tema con una espectación enorme, en los tiempos en que obviamente no existía Youtube, y esperabas la aparición de una banda rockera en la televisión como agua de mayo. La cosa seguía con otro puñetazo en la boca, como era "Jawbreaker", un cañonazo en toda regla, con sus metáforas homos que, críos como nosotros, en nuestra inocencia no captábamos, pero que con el tiempo, parece divertido que en un mundo tan machista como era el del metal de los 80, Halford lograse hacer pasar como un rollo macho, temas con connotaciones gays en la letra como éste, o la también brutal "Eat Me Alive", también incluída en el disco. El hard rock potente de "Rock Hard Rides Free", era todo un himno para corear en los conciertos puño en alto. Con uno de los punteos más bonitos del disco, para un servidor. "The Sentinel" es otro temazo a tener en cuenta, en esa vena de ciencia ficción que siempre han metido con maestría los Priest, y en el que Halford sigue luciéndose con las voces. Y en "Love Bites", además del lucimiento del bajo de Ian Hill, es donde se aprecian esas guitarras sintetizadas, que luego tendrían más protagonismo en su siguiente obra, como he señalado más arriba. Un medio tiempo más heavy que una lluvia de hachas, que también tuvo su clip en su momento. Otro himno hard rockero era "Some Heads Are Gonna Roll", en la que colaboró el amigo de Halford, Bob Halligan Jr., que ya había colaborado con la banda en el anterior disco, en el tema "(Take This) Chains", y que colaboraría más adelante, en el "Resurrection" de Halford, concretamente en "Twist". "Night Comes Down" era la powerballad que daba algo de calma a la cosa, y luego, el disco terminaba en plan himno épico para canturrear en los conciertos, empalmando "Heavy Duty" con "Defenders Of The Faith". Lo dicho, para un servidor, aparte de que "Screaming For Vengeance" y esta obra forman una unidad, son dos de esos discos que pondría a alguien que me preguntase qué es el heavy metal, porque, aparte de dos obras maestras, son dos jodidos manuales de cómo se debe de hacer este estilo.

8/02/2014

REDEEMER OF SOULS






Pues ya tenemos aquí el nuevo trabajo de Judas Priest, y la verdad, es que supera todas mis expectativas. Con esto no quiero decir que sea un disco que vaya a sorprender, a cambiar el mundo del metal y ponerlo patas arriba, ni un clásico a la altura de "British Steel", "Screaming For Vengeance", o "Defenders Of The Faith", ni mucho menos. Pero sí que es un disco más que digno, de una banda que a estas alturas, nada tiene que demostrar a nadie, sino complacer a sus fans ofreciendo lo que mejor saben hacer. Buenas canciones, con sus tics y su sonido característico, que nos retrotrae a los Priest más clásicos en temas como "Dranonaught", "Redeemer Of Souls", que demuestra cuánto les deben a ellos todas esas bandas de power metal posteriores , como ya hicieran en "Hell Patrol",  tema del que éste es deudor, y también que la influencia es mutua, aunque ellos superan a todas ellas, con nota, en este temón épico, la no menos épica y potente "Halls Of Valhala", con un riff que lleva a los tiempos de discos como Killing Machine, en la que Halford hace sus típicos agudos, que dudo mucho que repita en directo a día de hoy, pero en fin, es lo que los fans quieren escuchar. Precisamente, una de las cosas que me gustan de la mayoría del disco, es que, salvo en este tema, en todos los demás, Halford está mucho más comedido en hacer agudos irreproducibles en su actual estado de voz, en un escenario. Al menos, salvo en ésta, no engaña y puedes intuir qué es lo que se oirá respecto a la voz, si hacen gira. siguiendo con metáforas de espadas, está "Sword Of Damocles", un tema que recuerda también a los Priest de los setenta, cuando las influencias de Black Sabbath se vislumbraban en sus vecinos de Birmingham, y hablando de Sabbath, la historia sobre zombies de "March Of The Damned", en la que la voz y la melodía recuerda a Ozzy, encajaría a la perfección en un disco del Madman, aunque el riff inicial, es puro Judas Priest, y también encajaría en un British Steel, por ejemplo. No se pierdan aquí (bueno, ni en todo el disco, pero especialmente aquí) los solos de Tipton, y el nuevo, el señor Faulkner, que, sin tener la esencia del añorado Downing, cumple más que de sobra a lo largo del disco, aportanto un aire entre clásico y modernete, que sienta de maravilla a los temas, aunque se eche en falta a Downing, claro. "Down In Flames" es otra buena canción, que no trae sorpresas, pero suena bastante bien, recordando a los Judas más melódicos de los 80, al igual que "Hell & Back", medio tiempo machacón y sabbathico, con su acelerón final, "Cold Blooded" es un temazo como una catedral, quizás el tema más currado y complicado del disco, en el que despliegan todo su arsenal técnico, empezando de manera melódica a modo de medio tiempo, para ir ganando fuerza e intensidad, con una parte instrumental en el medio, con unos cambios de velocidad bien metidos y unos solos para que se te caigan los genitales al suelo. "Metalizer" es un cañonazo con el doble bombo de Scott Travis en primer plano, que nos lleva de vuelta a los tiempos de "Painkiller", con punteos a toda hostia, y los agudos (aunque de fondo, y algo moderados en el estribillo) de Halford adornando la cosa. "Crossfire", nos recuerda los tiempos en los que en el sonido de Priest, se podían entrever las influencias del blues progresivo británico de bandas como Fleetwood Mac, en forma de un potente blues metalizado, podríamos llamarlo, que aporta variedad al disco, y queda de maravilla, oigan. "Secrets Of The Dead" es otro temazo, con una atmósfera muy oscura, que recuerda un tanto al infravalorado "Nostradamus", en el que Halford se luce creando esa atmósfera con la voz, junto a la sección rítmica, que suena de lujo. Vuelven a la caña con "Battle Cry", que me recuerda mucho en las guitarras, a los Priest del "Defenders...", sonando como un puto cañón,  y acaban el disco con un baladón como es "Beginning Of The End", que esperemos no sea premonitorio, en el que se nota que Halford canta bastante cómodo, y suena a gloria.



Y, en la edición con temas extra, nuestra banda de metal favorita ha metido cinco temas, que recuerdan a los Judas más comerciales de los 80. Así, "Snakebite", podría encajar sin problemas en un "Turbo", aunque sin aquellos arreglos de guitarras sintetizadas y demás, con un estribillo de los que se te meten a fuego en el cerebro, "Tears Of Blood" es algo más cañera, pero también lleva un rollo comercialillo y melódico, "Creatures" curiosamente suena a Alice Cooper pasado por el filtro de los británicos, al comienzo del tema, y podría competir con temas como "Grinder", por ejemplo, "Bring It On" también es otro tema con mucho potencial comercial, con riff sencillote y pegadizo y estribillo para corear en los conciertos, recordando a temas como "Some Heads Are Gonna Roll", por ejemplo, y "Never Forget" es una balada muy resultona que, al igual que "March Of The Damned", trae ecos de Ozzy Osbourne. En resumen, un disco más que correcto, que es lo que se les puede pedir a estas alturas, a una leyenda como Judas Priest.