1/10/2012

IRON MAIDEN

"THE NUMBER OF THE BEAST"







Seguimos recordando los discos que se publicaron hace 30 años, y hoy le toca a un clásico por excelencia del heavy metal. El disco que sirvió para consagrar definitivamente a Maiden, y que les hizo dar el salto de pasar de integrar un movimiento como la NWOBHM,  a convertirse en una referencia y un clásico fundamental del heavy metal ochentero y una referencia clave en el rock en general.
Y esque, "The Number Of The Beast", lo tenía todo. Un cantante mucho más profesional y técnico como era Bruce Dickinson (sin menospreciar a Paul Dianno, que dio un toque callejero y hasta punk a sus dos anteriores discos, "Iron Maiden" y el grandísimo "Killers", que les vino muy bien en su momento), que además aportaba unas letras la mar de buenas, y una colección de temazos, en los que no hay ni uno solo de relleno. "Invaders" es un cañonazo como pocos, "Children Of The Damned", inspirado en la peli de ciencia ficción de mismo título, es acojonantemente épica, la intro de "The Prisioner", era a su vez la introducción de la serie de tv que inspiraba la canción, escuchándose en la misma al actor de la serie, Patrick McGoohan. Charlotte la prostituta, vuelve a aparecer por aquí en el tema "22 Acacia Avenue", y otro actor, el fallecido Barry Clayton, prestaría su voz para la intro del tema que da título al disco. Una historieta de terror de serie B, que por supuesto escandalizaría a algunos memos ultracristianos en América. Bruce utiliza sus conocimientos de historia, para hablar sobre el genocidio de los nativos americanos en la brillante "Run To The Hills", con ese bajo trotón y ese estribillo tan pegadizo, La entrada de batería de "Gangland", nos recuerda por qué nos gustaba tanto el toque que le daba Clive Burr a los tambores, y es otro de los temas más cañeros del disco, un trallazo directo a los huevos. Y el tema que cerraba el disco, lo hacía con una brillantez absoluta. "Hallowed Be Thy Name" una triste reflexión de un hombre que va a ser ejecutado, un temazo épico , y una de las mejores canciones de la historia de la banda. Uno de esos temas que siempre se escucharán. Bueno, todo el disco es así. Y con el paso de los años, sigue escuchándose de un tirón y dejando al oyente con ganas de más. Lo puedo atestiguar ahora, que estoy escuchándolo mientras escribo estas líneas. Una obra maestra. Si para muchos chavales yankees de aquellos años, el "Shout At The Devil" fue su "Sgt. Peppers", para muchos chavales europeos, el equivalente fue "The Number Of The Beast".

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