4/14/2012

CAMBIOS DE ESTILO, QUE SENTABAN COMO EL CULO (1)

Hay gente que nunca ha digerido que bandas como Kiss hicieran un álbum de grunge, o que Gary Moore se pasase al blues, o peña que no le gusta lo nuevo de Europe, porque suena más bluesero. Bueno, todos nos hemos decepcionado alguna vez, cuando nuestros artistas favoritos cambian de registro, bien por evolucionar, o bien por conseguir una meta comercial, atrayendo a nuevo público, o adaptando su sonido a la moda del momento. O bien porque sencillamente, les sale de la entrepierna, ya que como artistas que son, no tienen por qué encasillarse para complacer a sus fans más talibanes. Unas veces, ese cambio sienta bien al artista, y otras, queda  postizo, artificial y ridículo. Claro que también estas apreciaciones, como es natural, dependen del criterio y gusto del oyente.

Pues bien, hoy me apetece empezar una serie de artículos sobre  ejemplos del segundo grupo. Artistas que decidieron cambiar su estilo, y fracasaron a lo grande. Empezamos.

BLACKFOOT

Corría el año 83, cuando una de mis bandas sureñas favoritas estaban arrasando con su disco en directo "Highway Song Live", publicado el año anterior, que cerraba con broche de oro una carrera increíble de 5 discazos como cinco pinos de grandes. Pero he aquí, que la compañía discográfica, suponemos que queriendo que la banda compitiera con las ventas de unos Foreigner o Journey de por entonces, y viendo que si amariconaban lo suficiente al cantante, podría quedar resultón como frotman guaperas, empezaron a liar al amigo Medlocke con lo típico. Nos imaginamos esas reuniones con ejecutivos, y éstos diciéndole: "Tío, tú eres el que vale del grupo, los demás son muy feos, tenéis que sonar más comerciales que ya no estamos en los 70" y perlas por el estilo, y un Medlocke eufórico por la cuesta arriba en la que estaban, empezando a creérselo. Estas cosas pasan.

La primera andanada hacia sonidos comerciales en la banda, fue con el disco de ese año. En "Siogo", aparte de la incorporación del exUriah Heep, Ken Hensley a los teclados, ya se empieza a notar que la banda ya no practica ese hard sureño abrasivo del pasado, tan influenciado por Free. Con todo, solo por temazos como "Send Me And Angel", "Heart's Grown Cold", la heavylona "We're Goin' Down", que recuerda un poco a Ted Nugent, o la comercial "Teenage Idol", ya se salva el experimento de la quema. Lo peor vendría en el siguiente disco.

Porque con "Vertical Smiles", si consiguieron atraer a fans de Foreigner o Styx, lo que es a los pocos que conservaban de su anterior época, acabaron por echarles del todo. Desde la insulsa versión del clásico "Morning Dew" (compárenla con el pedazo de cover que de la misma hacían los Nazareth, si hay huevos), esa cacota con... ¡sintentizadores! ¡en un disco de Blackfoot! que se llamaba "Living In The Limelight", que es una copia manguta de Billy Squier, que no hay por dónde coño cogerla, ese tema popero de "Young Girl", otra vez con los putos sintetizadores de fondo, "A Legend Never Dies", que parece un tema poco inspirado de Survivor, casi todo el disco es un cúmulo de despropósitos de sonar lo más moña y AORero posible, pero falto de personalidad y de pelotas. Las únicas excepciones, "Ride With You" que suena muy remotamente a los Blackfoot clásicos, aunque con una producción tan ochentera y hortera que destroza lo bueno que tiene la canción, "Get It On", que no suena nada a Blackfoot, pero al menos, si no fuera por la dichosa producción con sintentizadores y baterías electrónicas, sería un buen tema de hard rock, y la baladilla de "Summer Days", que con todo, queda como poca cosa si la comparamos con temazos lentos del pasado como "Diary Of A working Man". "Heartbeat  And Heels" es otro tema que con otra producción hubiera mejorado bastante, la verdad. Al igual que "In For The Kill". Vamos, que no es de extrañar que después de este descalabro, toda la banda le dijera al rubio teñido guitarrista y frontman, "ahí te quedas, majete".



Así que, ya solo sin sus compis, a Medlocke se le va la olla del todo, y ficha prácticamente a todos los Mother Finnest al completo, llamando a la cosa, Rick Medlocke And Blackfoot, y sacando el producto en el 87. Debería ser hermoso ver la cara de los rednecks que comprasen el disco y vieran a Medlocke en la foto de contraportada, con sus nuevos compis de color, más que nada por la cantidad de garrulazos a los que atrae el southern allí por el sur de los USA. Solo por eso, y porque en un principio, el incluír sonidos negros en su estilo, puede romper prejuicios y aportar algo curioso, la cosa sonaba interesante, todo hay que decirlo. La portada es también para enmarcar con un Medlocke a modo de David Lee Roth de la América profunda. El contenido, pues, es ... cuanto menos, raro. Mother Finnest eran, y siguen siendo una gran banda, pionera en mezclar el hard rock con el funk, integrada en su mayoría por músicos de color, y claro, el disco tiene ese ramalazo funkoide, pero una vez más, la producción AORiza más de lo deseable el resultado, y no queda prácticamente nada de la mala leche y las guitarras incendiarias que queremos escuchar de Rick Medlocke o de Blackfoot. Mother Finnest tienen discos mucho más potentes que éste. Las baladas son cada vez más empalagosas y amariconadas, parece que esté uno escuchando a Starship, cuando escucha esa pastelada de "Closest Thing To Heaven", o "Sylent Type". el problema no es que sean malos temas. Es que son temas que quedarían de puta madre en una Tina Turner de aquella época, o en cualquier artista de AOR para yuppies de por entonces. No para este tío. "Reckless Boy" es algo más cañerilla, pero se queda en un intento, y al final parece una sintonía de la vuelta ciclista en lugar de un cañonazo hard rockero. Así que, tenemos un disco mejor que el anterior, pero que no es Blackfoot ni de coña. "Private Life", "Steady Rockin'",  y " Rock 'N' Roll Tonight" son de lo poco que se salva, aunque mejorarían con otros arreglos y otra cosa.

En la siguiente década, intentaría recuperar la dignidad perdida, y reconducir su carrera, grabando "Medicine Man" y "After The Reing" Discos correctitos, uno más hard rock y otro más bluesero, que le hacen volver a la senda que nunca debiera haber abandonado, aunque ya sin sus compañeros de la formación clásica, la cosa no tiene el fuelle del pasado. Afortunadamente, le volvieron a reclutar los Skynyrd, y hay sigue dándonos de nuevo alegrías a sus fans.

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