4/26/2010

VERGÜENZA AJENA

Eso ha sido lo que he sentido esta madrugada, escuchando la soflama fascista de ese infraser llamado Carlos Herrera en esa versión light de la COPE, que atiende por Onda Cero. Francamente, da mucho asco escuchar día sí, día también, a esta panda de neofachas con carnet de "demócratas de toda la vida", mostrando el increíble desprecio y la crueldad que muestran hacia gente que ha perdido familiares, o ha sufrido la represión en un periodo en el que a señoritos cortijeros como él, les debía ir de fábula (ya se sabe, lo de la extraordinaria placidez y todo eso que dicen los suyos). Tanto que siempre tienen en sus jodidas bocas el rollo del entorno proetarra, y demás, no sé si sabrán que ellos se están poniendo a la altura de esos que brindan en sus herrikotabernas cuando hay un atentado, y se burlan de sus víctimas cuando se sientan en el banquillo. Llamar "antidemócratas", "carcamales resentidos", "necrófilos" y otras lindezas, a gente que no ha sido compensada ni reparada en una farsa democrática tutelada por los vencedores del 36, y a activistas de organizaciones como Human Rights Watch, o a las Madres de la Plaza de Mayo, ya habla por sí solo. Y encima, me jode que este pedazo de mierda en particular, alardee de sus gustos rockeros. Sí, siempre me ha extrañado y me jode que haya fachas a los que les guste una música y una filosofía que representa justo lo contrario a lo que son ellos. En algunos casos, lo puedo intentar comprender, pero en este, después de escuchar lo que he escuchado, francamente, me da por saco compartir mis gustos con chusma y basura humana.

Verás, hijo de puta, yo no viví de pleno ese perido de "extraordinaria placicez", pero podría contar cómo un vecino nuestro, vivió el resto de sus días, acojonado, con pánico a relacionarse, a salir a la calle, etc, porque, había sido de izquierdas, y estaba vigilado constantemente. También podría contar cómo siendo un crío, vi a los grises reprimir con una brutalidad extrema, que, ríete de ejemplos, ya de por sí brutales, como el Cabanyal, a los manifestantes del primer 1º de Mayo, después de muerto el tirano del Ferrol, en la Casa de Campo. También recuerdo que, hasta bien entrados los 90, todavía entre la gente más mayor, existía ese pánico a hablar en alto de según qué cosas, y era normal la frase "baja la voz, que te pueden oír". Obviamente, ese miedo psicológico a que te escuchase la brigada político-social, o algún confidente, los "demócratas" como usted, nunca lo tuvieron, puesto que los fascistas siempre, en esta transición y posterior simulacro de democracia, pudieron alzar la voz y pavonearse de lo fachas que son.

Le tenía por un buen periodista. Con sus ideas conservadoras, pero bueno, no tan miserable como colegas suyos como el cojo resentido, o el pseudo historiador gordo con cara de cura tarambana. Ahora veo que es usted tan rastrero y despreciable como ellos. Este asunto está viniendo bien, para que ustedes muestren su verdadero rostro.

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