2/06/2010

DEL ROCK IN RIO, AL POP IN ARGANDA

Quizás, los más pequeños de la casa, no sepan, que esa birria de macrofestival para familias carne de Hard Rock Café y multicines, que se hace denominar Rock In Rio, y que se va a celebrar por segunda vez en cierta localidad madrileña, ese festival, tuvo un comienzo, cuando se celebró por primera vez en Río de Janeiro, allá por el 85, en el que era lo que su nombre indica. Un festival de rock en toda regla. En aquel año, resulta que éste fue el mayor festival que tuvo lugar en Sudamérica, y el cartel reunía a lo más granado del rock y del pop, de por entonces. La verdad es que, ustedes mismos pueden imaginarse, con un cartel que reunía a Yes, Queen, Whitesnake, AC/DC,Ozzy Osbourne, Scorpions, Iron Maiden,Rod Stewart, B-52, Nina Hagen, e incluso a grandes del jazz como Al Jarreau y George Benson. Scorpions, justo cuando estaban arrasando en todo el mundo, al igual que los Maiden, con su gira de Powerslave, y unos Whitesnake que presentaban en directo, nada menos que el Slide It In, y con John Sykes, como nuevo guitarrista.











Por supuesto, había espacio para el pop. ahí estaban B-52, por ejemplo. Pero ni había putas carpas dance, ni desde luego, espacios para la familia.

Años después, en el 91, tuvo lugar la segunda encarnación del Rock In Rio. Ya empezaba a asomar la cabeza, el interés de sus inventores, en orientarlo hacia el público de la Rolling Stone, y amenazaban ya por entonces, mamones del calibre de New Kids On The Block, o A Ha. Aun así, todavía había pop comercial pero digno, del rollo de George Michael, o INX, y, por supuesto, seguía predominando el rock, de la mano de Judas Priest, Guns & Roses, Queensrÿche, Billy Idol, Faith No More, Megadeth, y cosas más mainstream, como Santana o Joe Cocker.









En el 2001 se vuelve a celebrar, y ya excasea más los nombres de bandas rockeras en el cartel. Repiten Maiden y Guns, o más bien, Axl con sus mercenarios, acompañados de bandas sobrevivientes del rollo alternativo, en horas bajísimas, como Red Hot Chilli Peppers, los Foo Fighters o REM, junto a bandas del penoso nu-metal que empieza a dar el coñazo y ponerse de moda, como Deftones, algún hype de los 90, como los tontos de Oasis, y figurones mainstream, de la talla de Sting y Sheryl Crow, y la subnormal de Britney Spears, como figurín de la música más idiota para el público más amorfo. Con todo, lo peor estaba por llegar.

Y vino. Ya lo creo que vino. Esta vez, en el 2004, se celebró en Lisboa, y el cartel cayó todo lo bajo que cabía esperar. De momento, metieron al cabezón de Moratalaz, AKA Alejandro Magno, o Sanz, como ustedes prefieran, con todo lo que ello conlleva. Britney y los Foo Fighters repiten, así como Sting, el nuevo hype de la temporada, son los panolis de Kings Of Leon, esta vez queda representado el chochimetal pseudogótico del Lidl, con la aparición de Evanescence, para delirio de todas las góticas del Carrefour que se precien, y los fantoches de Slipknot y unos acabadísimos Metallica, ponen la nota metalera al evento, junto con Moonspell, que quizás sean lo más decente de todo el sarao, junto a Alicia Keys.

Ustedes dirán: Insuperable. Ya no se puede caer más bajo. ¡Pues se equivocan! ¡Se puede caer más bajo! En el 2006, toca otra vez en Lisboa, y el cartel está notoriamente reducido. En lugar de Alicia Keys, esta vez el soul comercial, está representado por Anastacia, Sting, que ya deben haberle hecho fijo, vuelve a dar el coñazo con sus canciones para yuppies, Axl vuelve con mercenarios nuevos, para acabar de joder el recuerdo de Guns & Roses, el Santana de sus más insufribles hits para politonos aparece aquí, los Red Hot Chilli Peppers vuelven a demostrar lo acabados que están, el panoli de Jamiroquai aparece en escena, y... tachán, tacháaaan... en lugar de Alejandrito, el representante del pop baboso para mongólicos es...¡Shakira! Como pueden ver, un cartel en el que el rock, al menos lo que un servidor entiende por rock, brilla por su ausencia, a no ser por el exPink Floyd, Roger Waters, que también actúa ahí.

Y llegamos a 2008, en el que ya la decadencia de este festival, y su conversión definitiva a los 40 Siempreiguales y la Rolling Tostone, es toda una palpable realidad. Al lado de este cartel, el de la edición anterior, es un cartel de Hardcore. Al menos, en lo que concierne al Rock In Rio en Madrid. Porque esta vez, se celebra en dos ciudades. Lisboa y Madrid. En el cartel de Lisboa tenemos otra vez, al cabezón de Moratalaz, cuya presencia aquí, empieza a convertirse en algo como lo de Sting, pero peor y más siniestro por motivos obvios, pero el resto del cartel, es algo más decente que el de Arganda. Al menos, los portugueses, no parecen ser tan repugnatemente horteras como mis compatriotas, y entre toneladas de mierda, como es Lenny Kravitz, la megaacabada y flor de un día, Alanis Morrisette, el echado a perder del Rod Stewart, el cada vez más moña Bon Jovi, los mojabragas de niñatas emos de Tokio Hotel, los numetaleros patéticos de Linkin Park, el punk pop de parvulario desfasado de The Offspring y los Kaiser Chiefs de los cojones, al menos cuentan con una Amy Winehouse, que había vuelto a poner el soul en condiciones, en la radio, unos Apokaliptyca, unos Machine Head y unos Metallica que ya empezaban a levantar cabeza. Con todo, había miles de festivales ese año, por toda Europa, que de verdad que eran de rock, y mejores que esto.
Pero el de Arganda...¡Hay el de Arganda! El sumun de la horterez en estado puro. Si alguien podía superar en moñez las demás ediciones, ese alguien, era el público español, que por lo visto, votó para que el cartel estuviera compuesto por los mimbres que lo estaba. Prácticamente, en lo internacional, se repetía gran parte del cartel portugués, por supuesto, eliminando a las bandas metálicas de un plumazo, y eso sí, en vez de el pesado de Sting, se metía a él con sus otros dos amiguetes, los Police. Lo único medianamente digno, junto con Dylan, Neil Young y la Whinehouse, de todo el festival. El resto, junto a los Tokio Hotel, el Jamiroquai ese, la puta de Shakira, los gilipollas de Stereophonics y Frand Ferdinanz, y la Morrisette, nos endiñaban, así sin anestesia ni nada, a una representación de lo más granado de los artistazos de por aquí, con, agárrense los machos, El Canto del Moco, Alejandrito (cómo no) Estopa (¡Aaaaargh!)y Manolo García (Re-¡Aaaargh!) Bonito ¿eh? ¿A que dan ganas de rociarlo con napalm, con su mongólico público dentro?

Pues eso no es nada, amigos. Ya está confirmado Bon Jovi, que debe ser socio del evento o algo, y...¡nada menos que Hanna Montana en la próxima edición del Pop In Arganda! Bonita manera de cargarse un festival. Enhorabuena.

1 comentario:

Víctor Hugo dijo...

Tío, ¡se te ve cabreado! Yo también opino de la misma manera aunque me controlo bastante más en cuando a lo de los adjetivos calificativos:) Lo triste es que se han cargado algo que potencialmente era enorme, ¡qué se le va a hacer! Habrá que ir a conciertos más temáticos, especializados si se lo quiere uno pasar bien de verdad. Saludos!