1/11/2020

R.I.P. NEIL PEART

Ayer nos fuimos a la cama con la terrible noticia del fallecimiento a causa de un tumor cerebral, de Neil Peart, batería de los canadienses Rush, y uno de los mejores baterías, si no el mejor, del mundo del rock. No sólo era un enorme batería, sino también pieza clave en las letras y composiciones de la banda. Un tipo único en su especie, culto e inteligente, cuya destreza ha influenciado a muchos compañeros suyos a los parches. El legado musical que deja es enorme. Tanto como el hueco que deja. Fue el Buddy Rich del rock, batería al que admiraba, y que era una de sus máximas influencias, y nos deja ese vacío. Haber quién puede ser el Neil Peart de las nuevas generaciones. Pasó una recta en lo personal a finales de los noventa, bastante trágica, con la muerte de su hija en un accidente, y meses después la de su mujer, a consecuencia de un cáncer. Pudo rehacer su vida a comienzos del nuevo milenio, y llegó a grabar un último disco con su banda de toda la vida, que fue su canto de cisne y otra obra maestra, como era costumbre en ellos, que se llamaba Clockwork Angels. Pero fue muy sospechoso que decidieran dejarlo en el 2016. Ahora se entiende el triste porqué. Neil llevaba batallando contra su cáncer tres años y medio. Va a ser muy triste no volver a poder escuchar un nuevo disco, ni que ningún promotor valiente les pueda traer ya nunca jamás a España (una de las asignaturas pendientes que siempre tuvimos los fans que no les hemos disfrutado en el extranjero). Trágico, lo mires por donde lo mires. D.E.P.

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